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sábado, 29 de septiembre de 2012

No a las rejas en el Parque Centenario!


Diferentes organizaciones y grupos de artistas y feriantes se sumaron al reclamo de los vecinos y la Asamblea del Parque contra la "ideota" del Gobierno de Macri, que consiste en privar a la gente del uso libre y sin restricciones de este importante espacio verde de nuestra ciudad.
Rejas y más rejas... Me hace sospechar un negociado detrás, como el asunto ese de las bicisendas, donde cada cuadra de bicisenda le costó a la gente más de siete lucas. O las veredas, que resultó un negocio de familia, simple y llano, que dicho sea de paso, nadie investigó, ni siquiera los periodistas "independientes". Si la lógica de Mauri no es hacer plata con la licitación, me convertiré en Hare Krishna (esos locos, medio pelados, comúnmente vestidos de naranja que reparten flores y juntan fondos para terminar de cortarse el pelo), sin dudarlo.
Como decía: mucha adhesión por parte de la comunidad cercana al barrio de Caballito y no tanto. Presentes artistas, la F.L.I.A, puesteros que invitaban a firmar a la gente que pasaba, mucho amor, música y olor a patchouli. Hoy y mañana, celebremos la oportunidad de reclamar contra una medida injusta, excluyente, privatista y, acorde al Gobierno porteño, inútil y estúpida.
A continuación, popurrí de fotos:













martes, 1 de marzo de 2011

Algunas consideraciones sobre la bicicleta

Ah, si, la bici es un gran medio de transporte. Un artefacto capaz de apasionar a cualquier persona, incluso a Henry, quien dijo: “La bicicleta se convirtió en mi única y verdadera amistad”. Hablo de Henry Miller, un fanático en muchos sentidos. En alguno de sus libros llega a ser casi fundamentalista; describiendo sensaciones vividas montado a su bici (que según se dice por ahí fue una Columbia Cruiser, pero quién sabe, si hubiera tenido una Aurorita, como la que tuve yo de chiquito, también la hubiera pasado joya!) y paseando siempre, siempre liberando su mente o quizá esclavizándola en pensamientos perversos y rebuscados. Y lo entiendo porque una buena salida en bici te puede dar experiencias maravillosas: tiempo de reflexión, aire puro, visitar otros barrios, placentero ejercicio, algún que otro coqueteo, si tenés suerte, e incluso, puede terminar en algún lugar donde se pueda descansar y hacer un pique nique, o tomar unos ricos mates.
Pero es cierto, no todo en la vida es color de rosa, salvo que vivas en la casita de Barbie, cada tanto ocurren ciertos incovenientes. Por ejemplo, salís con treinta y nueve amigos a dar una vuelta y te pasa ésto:



El conductor del automóvil, Ricardo Neis, no se portó para nada alegre.

Otra cuestión que genera displacer, puede ser el uso de las bicisendas. O, la imposibilidad de usarlas:


Azopardo, entre Carlos Calvo y Estados Unidos.

Está buena la idea de adquirir el hábito de andar en bici. El problema surge cuando la única idea es esa, y para colmo, no sabés cómo llevarla a cabo, porque, siendo sinceros las bicisendas son un chiste: ninguna tiene más de diez cuadras y se interrumpen de una forma abrupta y sin sentido. Todo ciclista que vaya por ahí, termina quedando como un caído del catre, en plena avenida.

He aquí el mapa del GCBA:

Mmmmm.

Ná es fanática de las bicicletas, "es un deporte mútiple!" - Dice Ná, quien además comparte la opinión que tengo de las bicisendas y su pseudoutilidad. No es así Ná? - "Claro que sí"- dice ella sonriendo y ajustándose el casco.
Como vemos, tengo razón yo. Y por mucho que me guste andar en bici, las bicisendas me dan mala espina. Es otro implemento PRO, que desgraciadamente queda obsoleto, como los bigotitos de Mauri.
Más que nada por eso se me está llenando de tierra "la montan bai" y en igual proporción, va tomando lustre la bici fija. Una vergüenza, ya me da lástima salir a la calle, por eso.
Pero de todas formas creo que es el mejor medio de transporte y vale la pena este pequeño, humilde y no muy inspirado homenaje, así que ahí va:
"Bicicleta: te queremos un montón!"