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| Foto: Waro |
Una nueva fiesta ricotera se vivió el sábado pasado en la localidad de Junín, provincia de Buenos Aires. Más de ciento veinte mil fanáticos (muy chiquitos los números que tira la prensa, siempre en detrimento de lo verdaderamente independiente) coparon la ciudad para vivir otra experiencia única, tal es la definición que, se me ocurre, le cabe a un show de estas características.
El Indio Solari es un fenómeno que no tiene comparación. Es por eso que siempre que se presenta con su propuesta artística, genera el revuelo ya sabido y esperado.
Los medios centraron sus expectativas en un posible desastre que no se dió, y hasta especularon con un accidente ocurrido a la altura de Luján. Finalmente se supo que eran jugadores de las inferiores del club Barracas Central, que iban a jugar un amistoso con Flandria. Pero como siempre pasa, en primera instancia mandaron toda la fruta de siempre: que iban a ver al Indio, que seguramente estaban alcoholizados, y hasta que -prácticamente- la culpa de todo la tuvo el recital →
"A esa hora de la mañana, no circulan demasiados autos los sábados. Pero ayer a la noche el Indio Solari tocaba en Junín y por eso, desde temprano, la ruta 7 empezó a convertirse en un infierno". Fuente: Clarín.com, obviamente sin firma, en ese sitio la mayoría de los redactores son fantasmas o entes.
Más allá de las especulaciones y los oscuros y repudiables deseos, nada malo pasó con respecto al show del Indio, que se desarrolló con normalidad, organización al margen, ya que muchos se quejaron, pero, qué querés? Andá a mover vos esa cantidad de gente y que te salga todo "PERFECTO".
Lo único triste fue que tocara "Juguetes perdidos" sin el color de siempre. Pero entiendo que quizá haya sido necesario para que la gilada no hable. Después de todo la gente se portó muy bien. Pero la tele nada dice de esto último.
En resumen: el show del Indio fue una gran fiesta para todos los ricoteros, como siempre, pero lamentablemente para algunos buitres, no pudo ser la noticia que esperaban.
