Cerca de las 18, diferentes agrupaciones se acercaron a los alrededores del parlamento, para manifestar su alegría al conocerse el fallo de la Corte Suprema de la Nación, que, finalmente, reconoce “constitucional” a la ley de servicios de comunicación audiovisual o “ley de medios k” según Clarín, el monopolio que litigaba incansablemente hasta ayer, haciendo uso de todos los mecanismos que tuvo a su alcance para postergar la resolución del conflicto.
Agrupaciones de izquierda como el Partido Comunista, la CGT, entre otras, se sumaron al festejo.
Restó a la manifestación la cantidad de gente:
Pudo haber sido por lo repentino del fallo, por lo cual la organización del evento debió
hacerlo a contrarreloj o porque era un día laborable.
Desde temprano, los medios de comunicación, tanto de radio como de televisión sorprendieron con la noticia, sin embargo, el grupo multimedio hiperconcentrado se las arregló para posponer esta información hasta el mediodía, valiéndose de las artimañas ya conocidas y frecuentadas anteriormente, siempre que la realidad no se adapta a sus caprichos. Pero, como sea, la realidad avanza inexorable y al parecer, su equipo productor de falacias se vio agotado en su creatividad para generar mentiras o tergiversar y tuvieron que dar a conocer a su engañada teleaudiencia la mala nueva.
Resulta curioso el timming del máximo tribunal de justicia:
Se especulaba con que el fallo llegaría luego de las legislativas, pero Justo dos días
después es bastante llamativo.
Es un hecho histórico, aunque algunos medios/periodistas/operadores (entre ellos destaca en su fingida moderación, trocada en tibieza, el nabo de Tenenbaun) pretendan, a esta altura en actitud infantil, relativizarlo. A partir de ahora van a jugar otras cuestiones en relación al mapa mediático.
De cualquier manera, fue notorio el desahogo de la masa kirchnerista, que ni tuvo tiempo de analizar el traspié electoral y festejó sin culpa lo que representa la aplicación plena y sin trabas de la primera ley de medios de la democracia, porque, no debemos olvidar: hasta hace cuatro años tuvimos en su lugar, un vestigio de la dictadura cívico-militar.
Para los que nos formamos y trabajamos en medios comunitarios, es una gran noticia: esto nos abre todo un panorama nuevo: resquebraja la estructura anquilosada de los medios concentrados. Para quienes tenemos sentido común, nos plantea el desafío de superarnos para incrementar la calidad de nuestros medios.
La total aplicación de la ley nos otorga la posibilidad real de escuchar nuevas voces, como así también la amplitud de la oferta laboral.
